3 de octubre de 2011

Mecanismos de tortura

Para los habitantes de la gran ciudad (aunque no vivan en una ciudad tan grande) existen muchas reglas: cuándo y dónde tirar la basura, cómo recibir y enviar mensajes, cómo comportarse con los vecinos, entre otras muchas. Resulta que algunos de los habitantes de la ciudad tenemos perros... la mía es verdaderamente encantadora.

Mi querida perra, sonriendo para la foto.
Pero resulta que cuando no estoy en casa, sobre todo una vez que se pone el sol, a mi adorada le da por romper algunas reglas de convivencia con los vecinos. Mi niña de cuatro patas ladra si no estoy en casa, no sé si porque está aburrida, se siente sola, le asustan los ruidos o me llama a ladridos.

Anoche se quejó (por fin) un vecino y fui a comprar un instrumento de tortura para perros. Y no, no es una doncella de hierro como esta:

Maiden (a veces iron maiden) usado en la Edad Media.
En realidad, es un aparatito pequeñito que se pone en un collar. Cuando el perro ladra, el aparato emite un sonido que le molesta al perro. Pero al estar buscando qué podía usar, encontré otros aparatitos que generan una descarga eléctrica cuando el perro ladra. Digo, totalmente de locura. Me recuerdan a las historias sobre los cuartos de tortura en la Edad Media, la temprana edad moderna, la edad moderna, incluso en los sótanos usados por los militares en muchos países sudamericanos en contra de los "subversivos".

Lo que no puedo evitar pensar es que la doncella de hierro me recuerda algo más, algo que sólo los adictos a Doctor Who como yo pueden reconocer. Véanlo ustedes mismos:
La imagen de la derecha muestra a un Dalek desde afuera. A la izquierda podemos ver el interior del Dalek. El personaje parecido a un pulpo es sólo una parte del Dalek, pues son híbridos. Digo yo, tienen un gran parecido a la doncella de hierro, pues en el interior está lo que resta de una raza desaparecida que el único sentimiento que puede tener es odio.

Seguramente un torturado en una máquina medieval sentía miedo, mucho miedo... pero no dudo que odio también. ¿Será que mi hermosa perra llegue a odiarme por el aparatito de tortura que le compré?

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