30 de octubre de 2011

Fiesta de todos los santos y no tan santos

A mí, que tanto me gustan los vampiros y otros monstruos... quién lo dijera. Anoche me disfracé de la Llorona. Para quien no conozca la leyenda, aquí hay un enlace al sitio de la Universidad de Colima en donde se puede leer La Llorona. Claro que lo mío ayer no tenía nada que ver con hijos perdidos ni pueblos conquistados, nadita que ver con eso. Anoche de repente tuve un dolor agudo en el vientre, en el lado derecho y, para hacer el cuentro super corto, terminé en la sala de emergencias del hospital. Resulta que tengo un cálculo renal (no es el primero y espero que sea el último).

Dance macabre des femmes (1491).
Pero anoche, día de fiestas por el día de muertos y todos los santos, la sala de emergencias fue muy divertida. Entre otros pacientes, llegó en ambulancia un hombre disfrazado de herido, con collarín y demás. Realmente no sé qué le había pasado, pero los médicos le quitaron el maquillaje para ver realmente qué tenía. Pobre hombre, lo suyo era una profesía cumplida. Por eso uno no debe disfrazarse de herido y salir a beber.

Otro paciente llegó tan borracho que lo tenían amarrado, sentado, para evitar que se ahogara con su propio vómito. Bueno, eso no era una imagen placentera de ver, he de confesar. Aunque los médicos se sentían algo divertidos del asunto, supongo que implicaba que no se iba a morir. Lo que es cierto es que muy pocas veces en la vida había visto gente que se emborrache tanto como los jóvenes norteamericanos. Serán las prohibiciones acerca de la bebida antes de los 21 años, o algo así. Realmente no lo entiendo.

Cerca de mí había una mujer que llevaba un mes con dolor de cabeza, la pobre. Había llegado a las tres de la tarde y ya para entonces era cerca de la media noche. Además, nuestras camillas estaban en el pasillo, junto al cuarto de los doctores (por lo menos era el lugar en donde comen). Parece ser que había pizza adentro y mi vecina no había probado bocado en todo el día. Después de que le hicieron el CAT scan, un enfermero super amable le llevó un "famoso" sandwich de pavo del hospital. Digo, un encanto de muchacho porque la señora llevaba muchas horas oliendo la rica pizza.

Había también un "homeless" altamente embriagado o drogado, que se quería ir de ahí pero no había manera de que pudiera caminar en ese estado. Pero nunca sabe uno si era realmente "homeless" o era disfraz. Y claro, una servidora...

¡¡¡Tanto lloraba La Llorona al llegar!!! Por suerte no era un ataque cardíaco, ni apenticitis. Con una dosis de morfina o algo parecido y un desinflamatorio, incluso las tristes escenas en la sala de emergencias parecían una fiesta de todos los no tan santos. Bueno, contemos a la señora con migraña entre los santos, ella no había hecho nada malo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué horror de dolor... A Ruben le tocó estar de guar5dia una noche de Halloween. Pensaba disfrazarse de The Grim Reaper, pero todo quedó en fantasía porque igual alguien se moría (literalmente) del susto!

Bigote de León dijo...

me muero llegar a una guardia y encontrar al Grim Reaper!!!
recuerda hermana que siempre decíamos "hay que pasar octubre...."
en fin....
un horror los riñones