o, quién iba a decirlo.
Hace mucho escribí una entrada sobre Floripes. Estaba escribiendo entonces la primer versión del tercer capítulo de mi tesis doctoral, que versa sobre conversión e identidad. En cierto momento tomé la decisión que no podía yo cubrir las tres conversiones más importantes en Historia del emperador Carlo Magno y los doce pares de Francia (traducido del francés al castellano y publicado en 1521 por primera vez, hasta donde sabemos en este momento). Originalmente pensé que lo más adecuado era tomar la conversión de Balán como la muestra de la obstinación religiosa o, por decirlo de otra manera, la persistencia de las creencias cuando no hay catequización ni deseo de cambio. Por otro lado, consideré que escribir sobre Fierabrás era especialmente importante pues su conversión, por lo menos en la versión de Nicolás de Piemonte, no sólo obedece a ser vencido en una batalla contra Oliveros. Fierabrás recibe alguna forma de instrucción religiosa a lo largo de la narración y, además, se vuelve ahijado de Carlo Magno, el duque Regner y Roldán cuando es bautizado.
Por ello, Floripes quedaba de lado. Mi lógica, entonces, me indicaba que la princesa sarracena que se convierte por amor era un lugar común en la literatura medieval. No pensé que estudiarla más de cerca me serviría para el argumento que sostengo en mi capítulo: el relato de Nicolás de Piemonte nos permite entender la identidad racial versus religiosa a finales de la Edad Media, pues ofrece una perspectiva "desde adentro" del proceso de conversión. Esta perspectiva es nueva en la literatura que trata del encuentro del Islam y la Cristiandad, aunque luego reaparece quizá muy idealizada, en la llamada "novela morisca" (que es posterior a este texto que yo estudio).
Pero, al empezar a hacerle revisiones al capítulo me di cuenta que era mucho mejor hablar de los hermanos, pues en Historia del emperador Carlo Magno... el proceso de Floripes antes de llegar a ser bautizada dista mucho de la fuente que sigue Piemonte. Floripes es indoctrinada en varias ocasiones por los famosos pares de Francia y no se convierte sólo por el amor de Guy. Así es que, debo aquí dejar constancia que la princesa Floripes ya no está triste. Es parte de mi tesis y yo le doy "carpetazo," como dicen en México, al asunto de la conversión de Fierbrás, Floripes y Balán.
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