31 de diciembre de 2012

Comencemos un nuevo ciclo

No suelo hacer listas de resoluciones de año nuevo, porque esas listas se vuelven obligaciones que no puedo cumplir. Tengo suficiente experiencia en este ritual que sé que debo evitar esperar demasiado del "año nuevo" pero, al igual que Mafalda, me causa emoción un nuevo ciclo similar a un cuaderno nuevo. Sin embargo, mi experiencia también me indica que esta vez es un ciclo totalmente nuevo para mí.

Este año termino el doctorado y no volveré nunca más a estar formalmente en la posición de alumna. Ahora lo que queda es encontrar un lugar adecuado para hacer lo que más me gusta: enseñar y aprender, estudiar, leer, compartir ideas y conceptos. Este año dará inicio un nuevo ciclo en mi vida y eso, realmente, es mucho más emocionante que un cuaderno nuevo.

Te deseo, lector, que tu año nuevo sea un cuaderno hermoso en donde acumules notas de tus días y de tus noches. Que cada hoja de tu nuevo cuaderno contenga maravillosos momentos que quieras recordar para siempre.

29 de diciembre de 2012

Primeras 100

Con esta entrada a mi diario se cumplen las primeras 100... y pensar que comencé escribiendo sin saber bien qué quería yo decir. Tampoco es que lo tenga demasiado claro ahora, pero sé que de vez en cuando es necesario retornar al idioma natal, al medio que mejor nos funcione y ponerse a escribir. Han sido 100 entradas diversas, con temas desde vampiros y otros monstruos, hasta observaciones sobre la academia y otras monstruosidades.

Gracias, lector(a) por darme una razón para seguir escribiendo mi diario. Quizá, alguna vez, logre obtener realmente el título de condesa y no sólo recordar a mi padre haciéndome comer milanesas. Tal vez pueda en algún momento juntar todas las cosas que quiero decir sobre vampiros y hombres lobo, ponerlo entre dos tapas. Igual, puedo seguir soñando y pensando, escribiendo... porque esto es lo que me hace ser yo.

¡Gracias!

26 de diciembre de 2012

Pasatiempos académico

Entre todos los posibles pasatiempos, uno de mis favoritos es armar rompecabezas. Quizá sea una necesidad intelectual lograr que "las piezas queden en su lugar" lo que me lleva a disfrutar rompecabezas bi- o tridimensionales. Lo que me llama la atención el día de hoy es que estoy haciendo eso, armando rompecabezas: estoy terminando de reorganizar la información que tengo en mi capítulo en bloques específicos, para lograr que "las piezas queden en su lugar".

Un gran avance, sin duda, pues sólo me queda asegurarme de que mi argumentación sea clara... y presentar evidencia suficiente, sobre todo para una sección que no había considerado originalmente. Si no me equivoco, este capítulo estará listo antes de iniciar el nuevo trimestre.

Y, mientras tanto, sigo pensando qué tipo de clase me gustaría dar sobre literatura medieval ibérica. Encontré qué hacen algunos otros, pero esa no es mi opción favorita... esa pieza eventualmente también caerá en su sitio.

22 de diciembre de 2012

Pre-escritura y reflexión

Muy brevemente, escribo una nota como reflexión sobre mi proceso de toma de decisiones. Tras terminar una sección nueva que agregué a este capítulo (el último que modifico seriamente), estoy empezando a (re)escribir otra sección. En gran medida, lo que tengo que hacer es decidir si sigo escribiendo sobre Floripes o hablo sólo de Fierabras y luego, en la tercer sección, hablo de ambos.

Hablar únicamente de Fierabras me permite avanzar más rápido, pues ya lo tengo y sólo necesito hacer una reacomodación y resumen de una parte del material. Sin embargo, tengo la impresión que el caso de Floripes es aún mejor apoyo para mi argumento.

En fin, me queda claro que tengo que agregarla y dejarme de cosas... mientras, sigo revisando el borrador de un capítulo de una compañera.

18 de diciembre de 2012

Identidad y ambivalencia

El día de hoy tuve que pasar un rato en el consulado de mi país para sacar nuevamente mi pasaporte. En sí, este evento de manera tan aislada no implica nada. Por ello, déjenme que les cuente por qué me causa tanto conflicto.

Primero que nada, el consulado no queda en la ciudad en donde vivo, sino a dos horas de aquí (sin tráfico, pero cuatro o cinco si hubiera tráfico). Esto implica un mínimo de 4 horas en el auto, sin ninguna alternativa. Dejando de lado el gasto de combustible, estar 4 horas tras el volante no es lo que siento como prioridad en estos días.

Sigamos. Otro problema que se agrega a mi aventura consular es el hecho que las oficinas sólo están abiertas de 9 de la mañana a las 12 del mediodía. Es decir, hay que llegar temprano para hacer los trámites correspondientes para tener el pasaporte.

Tercero. Debido a la distancia/tiempo arriba mencionada y las limitaciones del horario, lo más conveniente es salir a las 6 de la mañana de mi casa para llegar al mentado consulado o, lo que suele implicar un gasto más, quedarse en un hotel la noche anterior.

Finalmente, por si no era suficiente lo anterior (y claro, el hecho de que ODIO hacer trámites) el famoso pasaporte sólo tiene un año de vigencia. Es un pasaporte de EMERGENCIA, que le llaman. No hay manera de sacar un pasaporte de mayor duración en una oficina consular. En otras palabras, tengo que ir una vez al año a hacer dicho trámite o volar cerca de 24 horas (y el equivalente a 1,500 dólares) para sacar el otro documento.

No crean que no me he preguntado por qué diablos no saco la ciudadanía norteamericana, ya que hace casi diez años que vivo en este país. Pero, al igual que me pasó después de muchos años de vivir en México, no logro convencerme de ser ciudadana dual. Y ahí, de repente, me doy cuenta por qué me parecen tan fascinantes Fierabras y su hermana, Floripes (los personajes centrales de Historia del emperador Carlo Magno y los doce pares de Francia... o sea, el texto principal en que se basa mi tesis doctoral).

Al igual que Fierabras y Floripes (y muchos expatriados y migrantes), mi identidad está asociada a una diversidad de elementos más allá del linaje. Mis costumbres alimenticias, mi forma de ataviarme y comportarme en sociedad, mis expresiones verbales y físicas me hacen un híbrido. No soy totalmente mexicana, ni argentina, ni norteamericana... y si pensáramos en linaje (u origen "racial" que le llaman acá), pues tampoco soy ucraniana, bretona o catalana. Cuando me piden que me identifique, es decir que me preguntan si soy "hispana" o "latina" no tengo más alternativa que contestar que sí lo soy... pero que soy blanca (caucásica). O digo que soy una "mujer de color [blanco]," para incluir en esta etiqueta mi intersticialidad y posición ideológica.

De manera similar a Fierabras, siento que mi pertenencia está dividida. Ojalá sólo fuera entre mi padre (musulmán, en el caso de Fierabras) y mi señor (cristiano, en el mismo caso), como le pasa a él. A mí no me queda tan clara la frontera, pues encima de todo soy judía conversa hija de un hombre que se autodenominaba "culturalmente judío" y una mujer que a veces se dice atea, pero que lee en ocasiones la revista Atalaya.

Me pregunto, ¿habrá alguien que no se perciba como un ente dividido entre multiplicidad de etiquetas aparentemente contradictorias? Dime, lector, ¿cómo te identificas tú?

17 de diciembre de 2012

Reacciones inesperadas

Hoy, por fin, me llegó el primer correo electrónico diciendo que no, gracias... Es una carta que usan siempre, como un formato que dice: "despite your excellent qualifications, other candidates have been chosen". Digamos que después de haber hecho un montón de solicitudes, evidentemente sabía que recibiría muchas de estas pero esta es la primera.

Lo que me sorprende es que no siento nada. No sé si será porque ya lo esperaba, si sabía que ese puesto no era del todo el perfecto y no estaba ilusionada. No sé. Pero allí no voy a trabajar, desde luego.

En fin, la vida sigue...

14 de diciembre de 2012

Monoteísmo vs. politeísmo imaginario

British Library, MS Egerton 3028 f. 64v.
Los textos medievales que estudio imaginan a los "sarracenos" como politeístas. Este elemento ha sido mencionado por muchísimos estudiosos del tema, entre los cuales quisiera destacar a Norman Daniel quien, en su Heroes and Saracens, comenta que estos musulmanes imaginarios tienen una anti-Trinidad (152).[1] Esta anti-Trinidad (con Mahound, Tervagant, Apollin y Jupiter como representantes principales de este panteón pagano) es contrapuesta a la Trinidad cristiana. Sin embargo, como bien sabemos, los musulmanes hacen especial énfasis que hay sólo un dios y Mohammed es su profeta. En esta entrada, que me sirve como borrador de una sección de mi disertación doctoral quisiera ahondar en las posibles respuestas a esta contraposición de monoteísmo y politeísmo en el medioevo, que sirve como base para la formación de los incipientes estados europeos.

De las tres religiones "del libro" o abrahámicas, tanto el judaísmo como el Islam tienen como base del credo que Dios es uno único. Ya lo dice el Shemá, "שְׁמַע יִשְׂרָאֵל יְהוָה אֱלֹהֵינוּ יְהוָה אֶחָד" [Shemá Yisrael, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad; Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno]. Esta es, por excelencia, la declaración monoteísta en el judaísmo: "el Señor es Uno." El equivalente islámico es la shahada, que dice "lā ʾilāha ʾillā l-Lāh, Muḥammad rasūlu l-Lāh" [No hay más divinidad que Dios, Muhammad es el mensajero de Dios] (no puedo poner en letras árabes la shahada por alguna razón, lo lamento). Hay una única divinidad, indivisible, según estas dos religiones. En cambio, el credo cristiano dice (en la versión de Hernando de Talavera, en su Breve e muy provechosa doctrina christiana impresa en 1496),[2]
Creo en Dios padre todopoderoso: criador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo su hijo vn señor nuestro. Que fue concebido del espíritu santo. Y nascio de santa María virgen. Padecio so Poncio Pilato. Fue crucificado muerto et sepultado. Descendio a los infiernos. Al tercero dia resucito de entre los muertos. Subio a los cielos. esta assentado a la diestra de dios padre todopoderoso. Dende verna a juzgar los biuos et los muertos. Creo en el espíritu santo. Y la sancta yglesia catholica. La comunion de los santos. La remission de los peccados. La resurecion de la carne. y la vida perdurable. Amen. (énfasis mío)
Es justamente la Santísima Trinidad ("Dios padre todopoderoso," Jesucristo "un señor nuestro" y el espíritu santo) uno de los elementos que llevó a los musulmanes a acusar al cristianismo de ser una religión politeísta. La idea de que Dios era uno pero tres a la vez contraviene la lógica.

Sin embargo, como dice Richard Fletcher en un capítulo en que refiere las ansiedades causadas por las conversiones del cristianismo al judaísmo, en cierta medida y desde la perspectiva de cualquier lego, no había mayor diferencia entre estas dos prácticas religiosas: ambas tenían un día santo dedicado a la devoción, el culto se basaba en liturgia, rezos, cantos y sermones, además de tener exhortaciones y prohibiciones similares. Más aún, y regresando al punto central de mi argumento, Fletcher agrega que "desde el punto de vista del eclesiástico medieval sito en la cristiandad occidental, el enemigo real era el paganismo y su característica definitoria era el politeísmo" (301, mi traducción del inglés).[3] Así, para poder hacer una representación del Islam como un enemigo político y económico, para poder perseguirlo tanto en las Cruzadas como en los textos que servían como propaganda religiosa y política (como son los libros de caballería entre los que se encuentra Fierabras) era necesario imaginar una anti-Trinidad en donde el profeta (o mensajero) de los musulmanes tuviera una posición equivalente a Jesús en la Santísima Trinidad cristiana.

El imaginario medieval, en donde la identidad de la cristiandad europea occidental dependía ante todo de creencias específicas y se reflejaba en aspectos cotidianos de la vida (como indumentaria, dieta y otras prácticas sociales), requirió de una importante "industria" propagandística para establecer con claridad los signos dérmicos y comportamentales que distinguían a los miembros del grupo referencial. Esta industria propagandística no sólo necesitaba un aparato ideológico de profunda raigambre como la Iglesia, también le hacía falta un brazo popular que llegara a múltiples niveles sociales. Este brazo está compuesto por trovadores y escribas que reproducían en diversos medios esta ideología.

Así, textos como Fierabras o Cantar de Roldán, sirven en la actualidad para entender la construcción de la identidad en la Edad Media y en períodos posteriores pues sirvieron como base literaria para textos tan importantes como Don Quijote de Cervantes en el siglo XVII. Incluso después, durante el siglo XIX, académicos, escritores, políticos y músicos acudieron a las tradiciones literarias medievales para ayudarse en la construcción del Estado. No en balde, Carlo Magno es disputado entre Francia y Alemania como figura imperial. Igualmente, el estado español bajo Franco buscó en El Cid y la figura de los Reyes Católicos la insipiración para crear esa España "una, grande y libre" pero también profundamente católica y castellana.

Notas:
[1] Daniel, Norman. Heroes and Saracens: An Interpretation of the Chansons de Geste. Edinburgh: Edinburgh University Press, 1984. Print.
[2] de Talavera, Hernando. Breve e muy provechosa doctrina christiana. Confesional. Del restituir daños y males. Del comulgar. Contra el murmurar y el maldecir. De las ceremonias de la misa. Del vestir y calzar. De cómo ordenar y ocupar el tiempo. Granada: Meinardus Ungut and Johann Pegnitzer, 1496. Print.
[3] Fletcher, Richard A. The Barbarian Conversion: From Paganism to Christianity. New York: H. Holt and Co., 1998. Print.

11 de diciembre de 2012

La pesadilla americana II: Casas con historia

La entrada anterior mencioné algunos de los elementos geográficos que me llamaron la atención sobre American Horror Story. Me gustaría continuar hablando sobre la locación de la serie, en su primera temporada. La casa de la familia Harmon en Los Ángeles es central para el desarrollo de la serie, pues en ella están contenidos los fantasmas del pasado. Desde luego, estas historias fantasmales (literal y metaforicamente hablando) reaparecen continuamente. Por mucho que se entierre lo pasado, este vuelve a resurgir. Posiblemente sea ésta la verdadera "pesadilla americana": la imposibilidad de borrar del todo el pasado violento, homicida, enfermo que quiere olvidar esta nación. Así, esta casa "vomita" los dramas ocultos entre sus muros, al igual que los traumas de la guerra reaparecen para quien sufre de síndrome post-guerra.

Por otra parte, el pasado oculto en la casa es relativamente reciente. Esta breve historicidad también puede ser causante de las ansiedades reflejadas en la serie televisiva. A diferencia de otras culturas que tienen raíces profundas en el tiempo, la "costa oeste" norteamericana no ha integrado el pasado de la región. De hecho, prácticamente nadie recuerda a los habitantes originales del estado de California. Además de esta desconexión histórica profunda, la casa fue construida durante los años veinte (1922 para ser más precisa, aunque en realidad la casa fue construida en 1908) y muchos de los eventos ocurridos en este lugar ficticio datan de finales del siglo XX. Es decir, este es un recordatorio constante que la memoria histórica norteamericana, particularmente en la "costa oeste," es ciertamente superficial, casi se podría decir que está a flor de piel

Paradójicamente, la casa es parte de un tour de lugares tristemente célebres: son locaciones de crímenes y otros horrores. Digo paradójicamente porque este atractivo turístico hace gala de las "historias " de dolor y desventura ajena. Normalmente, los recorridos de este tipo muestran lugares con una larga historia (pensemos en los viajes guiados en Europa, que llevan a grupos de visitantes al Coliseo en Roma, la Catedral de Notre Dame en París o el palacio de Westminster en Londres). En California, los atractivos "históricos" resultan ser según American Horror Story espacios de crímenes y odios diversos.

De manera similar a las narrativas góticas, esta propiedad y sus habitantes cargan con una maldición. O, quizá, cualquiera de nosotros vivimos dramas similares pero los vemos polarizados en un solo espacio en donde todos los males parecieran seguir a una sola familia. Particularmente en los episodios sobre Halloween, la casa se vuelve el pararrayos de todos los conflictos que llevaron a la muerte de los habitantes de esta mansión. Más aún, tanto el ático como el sótano son elementos basados en las novelas góticas, con sus pasadizos secretos y elementos decorativos de otros tiempos.

En otras palabras, la casa en American Horror Story me hace concluir que esta narración es neo-neo-gótica. Es decir, un resurgimiento del resurgimiento del gótico. Con ello, también hay un regreso al deseo de un pasado en donde los horrores se ocultaban. Un pasado plagado de automutilación, aborto, relaciones extramaritales, adicción a diferentes sustancias, esquizofrenia juvenil, parafilias sexuales, etc. queda enterrado, aunque muy cerca de la superficie.

9 de diciembre de 2012

La pesadilla americana I: Este vs. Oeste

Acabo de empezar a ver una serie televisiva llamada American Horror Story, por recomendación de una conocida. Solamente he visto el primer episodio, el piloto, pero me queda claro que al menos en la parte que yo vi se tocan algunos de los temas álgidos del subconsciente comunitario estadounidense. En lugar de hablar del "sueño americano" podríamos entonces hablar de la "pesadilla americana". Estrenada en octubre de 2011, la popularidad de la serie seguramente se podría conectar con los temores primordiales de los Estados Unidos. Aunque no me dedico a estudios culturales americanos y, mucho menos, asuntos contemporáneos, sí me interesa el uso del terror (en la literatura y el cine) como válvula de escape y mecanismo de control social.

Parece evidente que el primer elemento que tendría que considerarse en un análisis de los terrores representados en esta serie tiene que ver con la dualidad este-oeste. Si bien la historia hasta donde puedo apreciar realmente sólo tiene lugar brevemente en el este (es decir en Boston), podemos adivinar las tensiones que devienen de la imaginación popular respecto a las dos costas. Por un lado, la familia que es el eje de la historia vive en Boston. Es allí donde los gatillos narrativos se dan: la muerte del no-nato y la infidelidad marital son esenciales para iniciar el desplazamiento de la familia al oeste. Los Ángeles es, por el otro lado, el lugar al que se muda la familia en busca de un nuevo inicio. La recuperación de la dinámica familiar se imagina posible en la tierra de la fiebre del oro, trono de la industria cinematográfica, la ciudad soleada y superficial que gira en torno a Rodeo Drive (aunque evidentemente esto es sumamente reduccionista como descripción). El único personaje que menciona las grandes diferencias entre las dos costas es la hija, pues extraña el clima, su escuela, sus amistades (o enemistades). Sin embargo, está claro en este episodio que la "tierra prometida" es sólo un sueño que se vuelve pesadilla.

La idea de que el desplazamiento hacia el oeste trae beneficios a diferentes esferas sociales ya aparece desde la Edad Media y los mapas T-O (de los que ya había yo hablado en otra entrada a mi diario, pues utilicé el mapa de Hereford en mi discusión de la autoridad). Del extremo superior, en donde se representa el Jardín del Edén en este mapa, al centro (es decir Jerusalén) hay un desplazamiento este-oeste. Este tránsito hacia el oeste se continúa con la ubicación del trono papal en Roma (y temporalmente en Aviñón). Finalmente, la llegada a "las Indias" es el ejemplo del translatio imperii. Pero, ¿qué tiene que ver con las "pesadillas norteamericanas" este traslado del poder de este a oeste?

Si consideramos que Barak Obama hizo pública su intención de ser re-electo en abril de 2011, es posible pensar que las ansiedades que surgen en el ambiente político de los Estados Unidos ya estuviera caldeado para cuando American Horror Story fue estrenada en televisión. Aunque el trasfondo de la serie no tiene una clara referencia política, podríamos recordar que las ansiedades políticas suelen reflejarse en modalidades culturales y artísticas.

Y, como en las series televisivas, no me queda más que decir...

Esta historia continuará...

7 de diciembre de 2012

Como el caracol...

British Library, MS Royal 10 E IV, f. 112v
Me avergüenza un poco aceptar que estoy como el caracol, apenas volviendo a asomarme. Los últimos días mi diario fue intensamente visitado por muchas personas y me siento intimidada, aunque algo halagada también. Pero eso pasa cuando uno dialoga con otros.

Ahora, volviendo lentamente a la normalidad, empiezo a pensar en las cosas cotidianas... y no tan cotidianas. Un compañero en la universidad me mencionó Prezi, un sitio web que permite hacer presentaciones mucho más dinámicas que PowerPoint. Me pareció muy interesante la idea porque, además de haber una secuencia lineal, puedo agregar profundidad.

Aunque no sé nada en firme del mercado laboral, me puse a pensar en preparar (en cuanto termine el trimestre y todo lo que tengo que calificar) una charla que podría usar en el caso de una visita a un campus. Tengo mucho material del que me interesaría hablar y, desde luego, como buena Alicia que soy me encantan las imágenes. Y me refiero a Alicia la de Lewis Carrol, que prefería los libros con "dibujitos".

En un par de semanas, a más tardar, tendré un borrador de mi presentación y quizá me anime a hacerlo público. Pero, por ahora, tengo una pregunta: En una presentación tipo conferencia, pero de unos 40 minutos de duración, ¿cuántas imágenes les parecen demasiadas?

2 de diciembre de 2012

Periodización y polifonía

Acabo de leer un par de entradas en otros blogs sobre los cuestionamientos que se hacen a la periodización en la historia, particularmente en relación al "periodo moderno temprano" y la "Edad Media". Para comenzar, es importante leer lo que ha escrito Jeffrey Cohen en In the Middle. He de agregar, casi a manera de paréntesis, que Cohen es uno de los estudiosos que usa muy productivamente los nuevos medios (tweeter, blogs, etc.) como espacios de intercambio académico. En su entrada sobre el "periodo moderno temprano", Cohen echa a andar una conversación con su bosquejo para un breve artículo. Fuera de la pertinencia sobre periodización, que no es el motivo central de mi entrada aunque sí lo es para Cohen, quisiera destacar justamente el elemento polifónico del que se compone.

Cohen no sólo usa referencias a otros textos, propios y ajenos, para darle forma a su ensayo sino que también menciona otros medios (en los que él es partícipe o, por lo menos, testigo). Ejemplo de ello es postmedieval o el uso de expresiones infantiles. Es decir, en y por principio, el texto es intertextual. Este es un primer nivel de la polifonía evidente en el texto.

Otro nivel polifónico es el que tiene lugar en la zona de comentarios para la entrada de Cohen en In the Middle. Básicamente tres personas han escrito en respuesta a lo escrito: Steve, Jonathan y Tobias. Cada uno de ellos está ofreciendo su retroalimentación/comentario, agregando además importante información que le sirve a Cohen para revisar y mejorar el breve artículo que está escribiendo para JEMCS. Más aún, Cohen responde agradeciendo a los comentaristas. Así, esta polifonía de comentarios logra el objetivo de Cohen, pues claramente dice "Let me know what you think".

Ahora bien, Steve Mentz (uno de los comentaristas antes mencionados) también tiene un blog, en el que publicó al respecto una entrada llamada Messy Transitions. Y tras haber leído lo que hace Cohen, vemos claramente que esta red de comunicaciones es un concierto polifónico. La diferencia entre quienes temen que sus ideas sean usadas (de hecho, apropiadas) y quienes deciden publicar lo que escriben es el eco, la respuesta polifónica y enriquecedora.

Creo que estos dos académicos demuestran que la apertura académica es conducente al productivo intercambio de ideas. Es normal que alguien trate de "robarnos" una idea, sea publicada en papel o en medios electrónicos. Sin embargo aquellos que se aferran a sus ideas como si fuera lo único que son, no se enriquecen de las discusiones que pueden surgir a partir de ellas.

Buen ejemplo el de Jeffrey Cohen y Steve Mentz (entre algunos otros), que usan la apertura a su favor.