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3 de febrero de 2013

Homo sedentem

¿Alguna vez te has preguntado, querido(a) lector(a), en qué nos diferenciamos del homo erectus?
Remedios Varo, Presencia inquietante (1959)

El ser humano en el siglo XXI ha dejado de ser un hombre erguido. Quizá hace unas décadas aún vivíamos según ese apelativo. Ahora, después de haber estado tres días en una maravillosa conferencia (y no me malinterpreten, de verdad que la pasé muy bien y aprendí mucho), me doy cuenta que la vida ha cambiado.

Digamos el día de hoy, como ejemplo de mi planteamiento. A las 8:45 de la mañana me senté dentro de mi automóvil para llegar de Pasadena a la Universidad de California en Los Ángeles. Después de media hora, llegué a mi destino, estacioné mi auto y caminé hasta el edificio en donde tenía lugar el seminario de hoy. A las 10 de la mañana ya estábamos todos sentados...

y seguimos sentados hasta la 1 y media, cuando tuvimos una pausa para comer algo. Nadie siquiera pensó en sentarse a comer, pues el día todavía nos ofrecería suficientes oportunidades para ello. Pero 45 minutos después volvimos a estar sentados. Finalmente, a las 5 y media de la tarde, nos levantamos nuevamente de nuestros asientos.

Lamento informarte, lector(a), que caminé hasta mi coche y manejé dos horas hasta San Diego. Evidentemente nadie ha inventado una forma de transporte individual en donde el conductor pueda estar de pie.

No voy a hacer las cuentas, pero me quedaba clarísimo hoy, mientras escuchaba las conversaciones dentro del seminario que hemos dejado de ser el humanoide erguido para ser el humanoide sedente. Por suerte mis días normales no son así, pues practico la caminata a campus traviesa.

31 de diciembre de 2011

Los caminos de la viajera II

Brushstroke de Roy Lichtenstein.
Sigamos con el relato de las vacaciones. En la entrada anterior mencioné mi paso por el Jardín escultórico de la National Gallery en DC. Después de caminar otro poco más llegamos (mi guía y yo) al Hirshhorn. El museo es parte del Smithsonian, dedicado a arte (moderno y) contemporáneo. Afuera del museo en sí hay otro jardín escultórico y lo primero que ví fue la escultura que se ve a la izquierda, de Lichtenstein. Claro que mi guía no entendía cuando yo saltaba de alegría, porque no sabe que me encanta la obra de Lichtenstein.
Después me encontré una pieza que me recordó mucho al trabajo de mi tío Rodolfo. Es una escultura de Lucio Fontana, también argentino, pero su obra es de finales de los cincuentas. También encuentro que una gran diferencia es que mi tío trabajaba en otro tipo de materiales (yeso o un compuesto parecido al yeso, papel) y, sobre todo, su obra es blanca. Esta obra de Fontana es negra, aunque en la foto no se aprecia bien el color. Otra diferencia, esta vez temática, es que de los huevos neofósiles de mi tío surgen (o intentan surgir) cuerpos humanos a pesar de las múltiples constricciones que sufren. En la obra de Fontana hay un abismal vacío que no promete nada. La diferencia creo yo obedece a un momento histórico ligeramente diferente. Para Fontana no parecería haber esperanza, para mi tío pareciera haber una situación represiva brutal. Treinta años de diferencia son muchos.

Al lado de la obra de Fontana estaba este complejo escultórico de Juan Muñoz, que se llama Last Conversation Piece. En la imagen a la izquierda no se llega a apreciar el tercer personaje tras los dos al frente. El hombre a la derecha está viendo directamente a estos tres. Debido a la luz invernal, las fotografías que tomé no son muy buenas pero ofrecen una clara idea de la pieza de Muñoz.

Así es que llegamos a la puerta del museo como tal. Afuera hacía frío, pero adentro era un verdadero horno. De las obras que estaban expuestas en el museo no pude tomar muchas fotografías, pues la institución prohibe tomarlas en ciertas exposiciones (supongo que no lo permiten en las muestras temporales).
Marilyn Monroe's Lips de Andy Warhol.

En el piso inferior encontré esta obra de Warhol, autor que de alguna manera marcó mi estancia en la costa este. Mientras tomaba la foto me acordaba de mi hija, que es una fanática de la obra de este hombre.
Richard Serra, Morro Bay.
Y luego encontré dos obras  que evidentemente me recordaron a otra persona, que dudo que lea mi diario porque no habla español. La primera es de Serra. La textura no es muy clara en la fotografía, pero eso fue algo que me llamó mucho la atención además de que la figura negra no es totalmente cuadrada y sólo se puede notar en la parte superior izquierda.

La segunda es de Larry Poons, se llama Day on Cold Mountain. Este cuadro me hizo pensar en un tapiz... a pesar de mi preferencia por la obra en blanco y negro, esta me resultó sorprendentemente relajante (aunque fuera muy amarilla). De hecho, es una combinación inesperada para mí. Supongo que uno cambia de vez en cuando de preferencias visuales.
La última pieza que fotografié (como una panorámica para intentar captar la sensación que causaba) es esta instalación de Fred Sandback. Al lado de mi guía se puede ver la obra de Poons... y lo que parecen líneas de color son estambres de colores, esa es la instalación.

Así terminó mi visita al museo Hirshhorn... y termina también esta entrada a mi diario. Hasta la próxima y ¡feliz año nuevo!

29 de diciembre de 2011

Los caminos de la viajera I

Estoy finalmente de regreso, con las fotos listas para mostrar las maravillas que vi. Esta entrada se trata únicamente de Washington DC. Lo primero es lo primero, así que llegué a DC después de varias horas en el aeropuerto JFK, pues hice escala allí. Por suerte, me estaba esperando Sean, porque no tengo idea cómo llegar a ningún lado desde el aeropuerto de esa ciudad.

Al llegar a su casa todo fue mejor, porque estaba la calefacción puesta. Afuera hacía frío pero no de morirse, sin embargo es rico llegar al calorcito. Después de dormir como lirón en el mejor colchón que yo haya probado en mi vida, Sean me preparó un rico desayuno. Conste que yo no suelo desayunar, aunque dicen que "al que le den pan que llore".

Así que comí muy contenta lo que me sirvieron y luego nos fuimos a caminar por ahí, cerca de donde vive Sean (que se llama Silver Spring). Digamos que fue un paseo por el barrio... y comimos después en un restaurant muy rico. Me llamó mucho la atención que las tiendas de bebidas alcohólicas son del gobierno... lo cual es casi como volver a la ley seca, pero en fin. La idea es que el consumo de alcohol en la capital de este país está controlado.

Por la tarde me la pasé muy cómodamente recostada en el sofá viendo películas. Eso era justo lo que yo necesitaba para comenzar mis vacaciones con el pie derecho. El domingo fuimos al centro de DC. Una de las primeras paradas fue el Jardín escultórico de la Galería Nacional de Arte.
Cheval rouge de Alexander Calder.

Como se puede observar en mis fotos, el día estaba soleado y agradable (como a 5°C). De vez en cuando había un poco de viento, pero se podía andar sin problema. A la izquierda se ve un detalle de una escultura de Calder. A mí me encanta su trabajo y este en particular permite ver el azulísimo cielo de DC, además de los árboles sin hojas a finales del otoño. Tengo otra imagen de esta escultura, pero creo que esta tiene un encanto especial.

Louise Bourgeois, Spider.
La siguiente escultura que me llamó la atención fue esta, porque me hizo recordar a mi hija (que realmente detesta a las arañas). Esta es enorme y no pude evitar tomarle una foto para que ella pudiera verificar que no la olvidé por completo en mis paseos por Washington.

Chair Transformation
de Lucas Samaras.
Había muchas otras esculturas en el jardín. Pero ninguna me llamó tanto la atención como la de Lucas Samaras. Será porque me recuerda al juego de las sillas musicales... me pareció una escultura súmamente lúdica. Y bueno, el final es lo mejor. No sé quién lo hizo, es un árbol de aluminio. Como pueden ver a la derecha, un águila decidió usarlo de percha. La gente en el parque la miraba atentamente. Yo le saqué una foto, pues me fascinan las aves estas.


En fin, esta es la primera parte del domingo en Washington. Ya pondré la siguiente serie de fotos en cualquier momento. Yo sé que están esperando ver imágenes de lo que hice.