14 de diciembre de 2012

Monoteísmo vs. politeísmo imaginario

British Library, MS Egerton 3028 f. 64v.
Los textos medievales que estudio imaginan a los "sarracenos" como politeístas. Este elemento ha sido mencionado por muchísimos estudiosos del tema, entre los cuales quisiera destacar a Norman Daniel quien, en su Heroes and Saracens, comenta que estos musulmanes imaginarios tienen una anti-Trinidad (152).[1] Esta anti-Trinidad (con Mahound, Tervagant, Apollin y Jupiter como representantes principales de este panteón pagano) es contrapuesta a la Trinidad cristiana. Sin embargo, como bien sabemos, los musulmanes hacen especial énfasis que hay sólo un dios y Mohammed es su profeta. En esta entrada, que me sirve como borrador de una sección de mi disertación doctoral quisiera ahondar en las posibles respuestas a esta contraposición de monoteísmo y politeísmo en el medioevo, que sirve como base para la formación de los incipientes estados europeos.

De las tres religiones "del libro" o abrahámicas, tanto el judaísmo como el Islam tienen como base del credo que Dios es uno único. Ya lo dice el Shemá, "שְׁמַע יִשְׂרָאֵל יְהוָה אֱלֹהֵינוּ יְהוָה אֶחָד" [Shemá Yisrael, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad; Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno]. Esta es, por excelencia, la declaración monoteísta en el judaísmo: "el Señor es Uno." El equivalente islámico es la shahada, que dice "lā ʾilāha ʾillā l-Lāh, Muḥammad rasūlu l-Lāh" [No hay más divinidad que Dios, Muhammad es el mensajero de Dios] (no puedo poner en letras árabes la shahada por alguna razón, lo lamento). Hay una única divinidad, indivisible, según estas dos religiones. En cambio, el credo cristiano dice (en la versión de Hernando de Talavera, en su Breve e muy provechosa doctrina christiana impresa en 1496),[2]
Creo en Dios padre todopoderoso: criador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo su hijo vn señor nuestro. Que fue concebido del espíritu santo. Y nascio de santa María virgen. Padecio so Poncio Pilato. Fue crucificado muerto et sepultado. Descendio a los infiernos. Al tercero dia resucito de entre los muertos. Subio a los cielos. esta assentado a la diestra de dios padre todopoderoso. Dende verna a juzgar los biuos et los muertos. Creo en el espíritu santo. Y la sancta yglesia catholica. La comunion de los santos. La remission de los peccados. La resurecion de la carne. y la vida perdurable. Amen. (énfasis mío)
Es justamente la Santísima Trinidad ("Dios padre todopoderoso," Jesucristo "un señor nuestro" y el espíritu santo) uno de los elementos que llevó a los musulmanes a acusar al cristianismo de ser una religión politeísta. La idea de que Dios era uno pero tres a la vez contraviene la lógica.

Sin embargo, como dice Richard Fletcher en un capítulo en que refiere las ansiedades causadas por las conversiones del cristianismo al judaísmo, en cierta medida y desde la perspectiva de cualquier lego, no había mayor diferencia entre estas dos prácticas religiosas: ambas tenían un día santo dedicado a la devoción, el culto se basaba en liturgia, rezos, cantos y sermones, además de tener exhortaciones y prohibiciones similares. Más aún, y regresando al punto central de mi argumento, Fletcher agrega que "desde el punto de vista del eclesiástico medieval sito en la cristiandad occidental, el enemigo real era el paganismo y su característica definitoria era el politeísmo" (301, mi traducción del inglés).[3] Así, para poder hacer una representación del Islam como un enemigo político y económico, para poder perseguirlo tanto en las Cruzadas como en los textos que servían como propaganda religiosa y política (como son los libros de caballería entre los que se encuentra Fierabras) era necesario imaginar una anti-Trinidad en donde el profeta (o mensajero) de los musulmanes tuviera una posición equivalente a Jesús en la Santísima Trinidad cristiana.

El imaginario medieval, en donde la identidad de la cristiandad europea occidental dependía ante todo de creencias específicas y se reflejaba en aspectos cotidianos de la vida (como indumentaria, dieta y otras prácticas sociales), requirió de una importante "industria" propagandística para establecer con claridad los signos dérmicos y comportamentales que distinguían a los miembros del grupo referencial. Esta industria propagandística no sólo necesitaba un aparato ideológico de profunda raigambre como la Iglesia, también le hacía falta un brazo popular que llegara a múltiples niveles sociales. Este brazo está compuesto por trovadores y escribas que reproducían en diversos medios esta ideología.

Así, textos como Fierabras o Cantar de Roldán, sirven en la actualidad para entender la construcción de la identidad en la Edad Media y en períodos posteriores pues sirvieron como base literaria para textos tan importantes como Don Quijote de Cervantes en el siglo XVII. Incluso después, durante el siglo XIX, académicos, escritores, políticos y músicos acudieron a las tradiciones literarias medievales para ayudarse en la construcción del Estado. No en balde, Carlo Magno es disputado entre Francia y Alemania como figura imperial. Igualmente, el estado español bajo Franco buscó en El Cid y la figura de los Reyes Católicos la insipiración para crear esa España "una, grande y libre" pero también profundamente católica y castellana.

Notas:
[1] Daniel, Norman. Heroes and Saracens: An Interpretation of the Chansons de Geste. Edinburgh: Edinburgh University Press, 1984. Print.
[2] de Talavera, Hernando. Breve e muy provechosa doctrina christiana. Confesional. Del restituir daños y males. Del comulgar. Contra el murmurar y el maldecir. De las ceremonias de la misa. Del vestir y calzar. De cómo ordenar y ocupar el tiempo. Granada: Meinardus Ungut and Johann Pegnitzer, 1496. Print.
[3] Fletcher, Richard A. The Barbarian Conversion: From Paganism to Christianity. New York: H. Holt and Co., 1998. Print.

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